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Construir democracia

Leer, escribir y pensar, hoy. 2da edición

Hernando Roa Suárez
08 de mayo de 2024 - 09:00 a. m.

“La palabra no es superflua” - Irene Vallejo

Después de algunos decenios de aprender a aprender y desaprender, con los educandos de pre y posgrado, con los lectores y con los académicos, a observar las grandes dificultades que tenemos hoy en las aulas universitarias, -para leer y escribir- pensé que podría llegar a ser útil poner a consideración del público, el punto de partida que constituye la siguiente aproximación(1).

La presente edición tuvo su origen en mí artículo de opinión, publicado en el periódico El Espectador, que fue acogido por la Revista Innovación Educativa del Instituto Pedagógico Nacional de México, que es su segunda institución pública educativa. Posteriormente, fue ampliado en exposiciones y diálogos realizados en la Universidad Pedagógica Nacional, en el intervalo 2002-2010 y en diversos escenarios profesionales.

Por recomendación de educandos, colegas, profesores, académicos y lectores, lo complementé, y se publicó por el Grupo Editorial Ibáñez en 2015. Al estar agotada esa edición, realicé ajustes sobre diversos aspectos del texto y procedí a preparar la segunda. En este proceso, dialogué hace dos años, con Augusto Trujillo Muñoz, en la sede de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y acogí su propuesta de agregar al título, el pensar, teniendo en cuenta el contexto de la obra.

¿Por qué pensar, leer y escribir, hoy? Porque desde hace milenios los seres humanos hemos buscado -en medio del proceso evolutivo- transmitir a los descendientes aspectos sustantivos de nuestras huellas.

Leer es un camino decisivo para aprender a conocernos; a comunicarnos; a decir nuestra palabra; es un sendero para afianzarnos, para fortalecer nuestro discernimiento, sensibilidad e inteligencia. Al aprender a leer, nos estamos acercando al conocer; es una apertura a la cultura.

Bien sostuvo Irene Vallejo(2) “Mientras permanece cerrado, un libro es solo una partitura muda con la letra y la música de una sinfonía posible. No hay historia, no hay página que palpite sin el roce de unos ojos ajenos. Para cobrar vida necesita intérpretes que hagan vibrar las cuerdas, que recorran febriles el pentagrama, que susurren los campos con su propio acento, que modulen la melodía al compás de sus recuerdos. Leer exige creer la historia, pero también crearla”.

¿Por qué escribir? Porque queremos compartir con los lectores parte de nuestra experiencia, de nuestro aprendizaje; de nuestras formas de ver, vivir, sentir y razonar.

¿Por qué escribo? Escribo, porque sin saberlo, fue surgiendo en mí una vocación que estaba latente y fue eclosionando y perfeccionándose lentamente. Escribo porque es un camino para repensar mis saberes en búsqueda y así puedo recuperar y proyectar parte de la experiencia acumulada.

Porque escribiendo podemos invitar a otros al ejercicio de la libertad, la práctica de la justicia social y la fraternidad; porque podemos contribuir creativamente a construir la paz y a disfrutar una bella pasión: del periodismo de opinión a las revistas especializadas; de estas a los libros; y de los libros al periodismo de opinión. ¡Qué bello e inolvidable proceso!

Escribo, porque es una alternativa para crear opinión pública democrática; porque es un espacio para recrearnos con la realidad y con nosotros mismos. Porque escribiendo, realizamos aspectos sustantivos de nuestras vocaciones y facilitamos la existencia de la dialogicidad; porque es un ejercicio que impulsa el conocimiento de lo humano... García Márquez tiene razón: “Escribo porque quiero ser amado”.

Pensemos, leamos y escribamos, siendo eternos estudiantes de una realidad inacabada y en pleno curso. ¿Por qué leemos? “Leemos para sentirnos vivos leyendo”. “Escribimos por fidelidad a esas palabras que nos hicieron sentir vivos”(3). Pensamos para afianzar especialmente nuestra historicidad.

En gran síntesis: Irene Vallejo nos ha recordado una gran verdad: “Las palabras escritas transformaron el mundo y ya no fuimos los mismos… La escritura atrapa, transforma, perpetúa, nos ancla… Escribir nos cambió para siempre(4)”. Escribir cambió mi vida.

Mil gracias a Augusto Trujillo Muñoz por su seria presentación, capacidad analítica, erudición, solidaridad y reconocimiento. Tú fuiste un magnífico Presidente de la Academia y eres responsable Honorario de nuestra Institución. Ella está llamada a seguir contribuyendo al proceso de transformación de la realidad, dentro del marco del Estado social de derecho. roasuarez@yahoo.com

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Referencias

1. Amplíese sobre el tema en: (2006). Carlino, Paula. Escribir, leer y aprender en la universidad. F.C.E. de Argentina, Buenos Aires, pp. 151-181. Los diez principios aquí expuestos pueden ser útiles para la discusión respectiva.

2. En: El infinito en un junco (2021). Siruela. Biblioteca de ensayo. Madrid, p. 407.

3. Larrosa, Jorge. (2003). La experiencia de la lectura. F.C.E. México D.F.

4. Inauguración Filbo número 36, Bogotá, 2024.

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