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El modelo económico conduce a un estado crítico

Eduardo Sarmiento
28 de abril de 2024 - 01:36 p. m.

El Gobierno está comprometido en las reformas y en el ajuste macroeconómico, que viene de atrás y significa una suma del déficit en cuenta corriente y fiscal de más de 10 % del PIB, que, dado el bajo nivel de la economía, no es sostenible. De hecho, conduce a un estado de economía de oferta donde, como lo dice su nombre, la oferta es menor que la demanda.

La economía se halla en un estado de economía de oferta que no puede ajustarse por el mercado. La normalización del sistema está condicionada a la presencia del Estado que configure un exceso de oferta de la economía.

Se tiene un modelo de ahorro inferior a la inversión y lo que se requiere es un modelo de inversión menor que el ahorro. No se cumple la ley Say de igualdad entre la oferta y la demanda. Es indispensable la intervención del Estado para aumentar la oferta con respecto a la demanda.

La falla de Colombia radicó en que pretendió solucionar con el modelo de elevación de la tasa de interés, revaluación de la moneda y reducción de la tasa de ahorro que se lleva el sistema por delante. En el corto plazo, baja la producción y el empleo y eleva la inflación, y en el largo plazo acentúa el estancamiento y deteriora la distribución del ingreso.

La solución está en el modelo económico que sugerí hace un año en el libro Desequilibrio, equidad y prosperidad y en las columnas del El Espectador.

Como el modelo económico que venía de atrás se mantuvo, la economía se precipitó en un estado de desorden. La tasa de interés sube, el tipo de cambio se revalúa y la tasa de ahorro declina. La igualdad entre el ahorro y la inversión y entre la oferta y la demanda se quebró. La economía entró en un estado de caída de la producción y reducción del ahorro que se refuerzan y tienden al colapso.

El error histórico estuvo en enfrentar un estado de oferta con el instrumental económico de demanda, como ampliar el déficit fiscal y reducir las importaciones y las exportaciones.

Como lo muestra la experiencia histórica comparada, la producción es determinada por el ahorro y el empleo. Lo indicado era aumentar el ahorro con el instrumental de oferta, como bajar la tasa de interés real, ajustar la tasa nominal por debajo de la inflación, aumentar el crédito por debajo de la inflación y reducir el crédito real.

Se configuró un sistema de ahorro menor que la inversión, de oferta agregada inferior a la demanda. No se cumple la ley de Say, que clama que la inversión y el ahorro se igualan. Tampoco se cumple la curva de Phillips, que dice que la producción y la inflación se mueven en la misma dirección.

A la luz de los hechos que revelan que la tasa de interés sube, el tipo de cambio se revalúa y la tasa de ahorro declina, no hay más opción que un modelo de desequilibrio que baje la tasa de interés real y devalúe la moneda en forma directa mediante la intervención monetaria (exceso de demanda de dinero sobre la oferta).

Como esto no se hace, la economía se precipitó en un estado de oferta agregada menor que la demanda agregada. Se quebró la igualdad entre la oferta y la demanda, como sería la baja de la tasa de interés real y la revaluación del tipo de cambio.

La manifestación más clara está en los estimativos de crecimiento basados en la igualación entre la oferta y la demanda. La oferta de la economía, representada por la producción, crece por debajo de la demanda. La actividad económica, como el producto nacional, estimado por el lado de la demanda sobrestima el valor real. El crecimiento económico es muy inferior al reportado por el DANE, que apenas llegó a 0,6 % en 2024.

Estamos en una economía de oferta que solo puede enfrentarse con el instrumental de oferta. En la práctica se consigue con el modelo económico, que recomendé insistentemente durante dos años, de bajar la tasa de interés en términos reales y devaluar la moneda, que ahora toma la forma de reducir el crédito en términos reales.

Como señalé en el libro mencionado, la economía se tornó en una economía de oferta que no puede enfrentarse con el instrumental de las economías de demanda que prevalecieron en los siglos XIX y XX. No hay otro camino que el de una economía de oferta basada en la instrumentación de oferta, valga la redundancia.

 

Atenas(06773)29 de abril de 2024 - 04:03 p. m.
En efecto, es un calamitoso cuadro el q’ tiene hoy el país y sin fórmulas de solución en el corto plazo. Esto se le salió de las manos al sofista, en tan crítico análisis coincide el grueso de los columnistas q’ saben de asuntos económicos.Atenas.
Gvbnllnh. Bvc. Nm. N jn(98086)29 de abril de 2024 - 09:50 a. m.
Si quiera el petro es muy bruto y nunca va a entender las barrabasadas que dice este columnista.
Sebastián(54861)28 de abril de 2024 - 04:18 p. m.
[1 de 3] No, la solución a la crisis económica no puede ser la devaluación de la moneda porque disminuiría el poder adquisitivo del salario - peso, que afectaría con rigor a los más pobres, y aumentaría per se la deuda externa pactada en dólares, en perjuicio de todos los colombianos. La solución es la generación de +5’000.000 de empleos nuevos y la formalización de +5’000.000 de subempleos,
Sebastián(54861)28 de abril de 2024 - 04:17 p. m.
[2 de 3] la siembra de +5’000.000 de hectáreas en cultivos agrícolas para suplir las importaciones de alimentos que podemos producir, medidas eficaces contra la corrupción (saquea +30% del presupuesto) y contra la evasión fiscal y el contrabando (contraen +30% del presupuesto), entre otras soluciones.
Sebastián(54861)28 de abril de 2024 - 04:17 p. m.
[3 de 3] Así lo propongo en el Referendo por Colombia, en preparación, con soluciones concretas demostrables para superar la crisis institucional y social que padecemos y se agrava día a día. Sebastián Felipe
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