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Ciencia: Proezas e indigencia presupuestal


Cristina de la Torre
07 de mayo de 2024 - 09:05 a. m.

En ruidoso contraste con la avaricia de nuestros gobiernos cuando de ciencia se trata (para el año entrante destina este un mísero 0,01 % del presupuesto nacional), un colombiano gana premio equivalente al Nobel en investigación de alzhéimer y enfermedades neurodegenerativas. El galardonado, Francisco Lopera, director del Grupo de Neurociencias de la Universidad de Antioquia. Lleva 40 años estudiando una variante del alzhéimer genético conocida como la “mutación paisa”, por su origen en municipios de la región. El trabajo ha contribuido de manera significativa al conocimiento del mundo sobre estas enfermedades, dice la Academia Americana de Neurología que concede la distinción: identifica el mayor grupo humano en el mundo con la enfermedad, sigue su mutación y sus etapas, y descubre genes protectores que pueden aplazarla por décadas y hasta curarla.

Para la cura definitiva, señala el científico, ya podemos hablar de un método: los genes protectores. Estos podrán inoculársele al paciente en riesgo, o bien, producir una molécula o un medicamento que imite el gen protector. La cura del alzhéimer, agregó, está en la naturaleza; en ella habitan a un tiempo la enfermedad y la cura: “se ha abierto una gran puerta para la prevención y el tratamiento de enfermedades incurables”. ¡Chapeau!

Proeza de titanes habituados de tiempo atrás a capear adversidades de todo orden en la investigación médica. Virtual hospital universitario de aquella Alma Mater, el San Vicente de Paul de Medellín ha hecho historia de impacto en el mundo. Pegó por primera vez a su cuerpo una mano cercenada, es pionero en trasplante de órganos desde hace medio siglo y creó el primer riñón artificial en América Latina (acudo a los expedientes más socorridos por los legos que hacemos de la ciencia una vulgata). No es casual que Lopera pertenezca a la Universidad de Antioquia, centro académico con 51 grupos de investigación en medicina y salud pública, 14 de los cuales acreditan excelencia en Colciencias. En la Misión de Sabios, coordinó aquella la reflexión sobre el sector salud.

En función del bienestar común, invita la Misión a entender la innovación en salud como proceso de cambio cimentado en el uso del mejor conocimiento disponible para provocar transformaciones de gran calado en el sistema de salud y en la sociedad. Tan ambicioso propósito requiere la mano del Estado y ejecución de programas público-privados que viertan al sector los principios de justicia e igualdad. El sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en salud debe echar mano del mejor conocimiento disponible y producir conocimiento nuevo. Multiplicar unidades de investigación y acuerdos de transferencia de tecnología, y desarrollar industria propia de medicamentos.

¿Acabará este sueño asfixiado por el miserabilismo ciego del Gobierno que invierte la cifra más baja de América Latina en Ciencia, Tecnología e Innovación y, en el ministerio de marras, la menor en el último cuarto de siglo? ¿No es esto, se pregunta Razón Pública, ningunear las Misiones de sabios que han arrojado luz sobre la ciencia en Colombia; ningunear a los científicos que trabajan en condiciones precarias dentro y fuera del país? Qué dirá el doctor Francisco Lopera, orgullo de la Colombia que, poniendo en salmuera el sacrificio, vence obstáculos acá y allá, enfrenta retos colosales, congrega, estudia, experimenta, piensa, borra y abre cuenta nueva una y otra vez hasta dar con el alfiler en el pajar. Y crea. Si humillada como está la ciencia en su indigencia presupuestal da con iluminados de esa talla, ¿qué sería de contar con un Gobierno que satisfaga medianamente sus apremios, que se decida al cambio?

Cristinadelatorre.com.co

 

Hincharojo(87476)09 de mayo de 2024 - 02:38 p. m.
👏👏👏👏
Gvbnllnh. Bvc. Nm. N jn(98086)08 de mayo de 2024 - 11:03 a. m.
Así somos los paisas. Acá no nos quedamos esperando como los petristas por limosnas. Acá vamos por lo nuestro y con ganas pa’delante a pesar del petro y su envidia y fracaso.
Chirri(rv2v4)08 de mayo de 2024 - 06:46 a. m.
Gracias, doña, su trabajo y distinción me alegran mi tarro neuronal de la mejor manera. Va un abrazo cariñoso con refajo.
Alberto(3788)07 de mayo de 2024 - 11:41 p. m.
Excelente. Suscribo. Gracias, Cristina de la Torre.
FERNANDO(sv6gc)07 de mayo de 2024 - 11:24 p. m.
Los ministerios de Educación y el de Ciencia y Tecnología , en los recientes gobiernos pero sobre todo en este que estamos padeciendo no se interesan sino por la burocracia politiquera y corrupta y la adjudicación de contratos previos pliegos estilo sastre. Ojalá las lumbreras de ministros actuales leyeran esta columna.
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