“Le quedó grande el Ministerio”: Edward Rodríguez a la minjusticia

Para el representante a la Cámara del Centro Democrático, partido de gobierno, la falta de liderazgo de la funcionaria es evidente y, además, carece de interlocución con los jueces, las altas cortes, los partidos políticos y el Congreso.

-Hugo García Segura / @hgarciasegura
13 de abril de 2019 - 02:30 a. m.
El representante Edward Rodríguez, del Centro Democrático, en la plenaria del lunes pasado.  / Cristian Garavito
El representante Edward Rodríguez, del Centro Democrático, en la plenaria del lunes pasado. / Cristian Garavito

El lunes pasado, durante la sesión plenaria en la Cámara para votar las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), el representante Edward Rodríguez, del Centro Democrático, partido de gobierno, le pidió a la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, hacerse a un lado y presentarle su renuncia al presidente Iván Duque, ante lo que consideró como su falta de liderazgo para defender la postura del Gobierno. En este diálogo con El Espectador, el congresista se ratifica en su petición que, según revela, comparten otros miembros del uribismo, aunque no lo digan.

¿Por qué para usted tendría que renunciar la ministra?

Desde un comienzo, el presidente Duque nos invitó a rodear a los ministros, y eso hicimos. En una primera reunión que yo tuve con la ministra, le dije que había una parte programática para sacar adelante, reformas estructurales pero también reformas de base frente a la eficiencia y eficacia en el sector. La justicia debe ser un tema que nos una a todos. Nosotros nos pusimos al servicio de ella, pero no encontramos nunca un liderazgo. Hay un proyecto clave, el que estipula que ni los delitos de secuestro ni los delitos asociados con el narcotráfico sean considerados conexos a los delitos políticos, y yo no puedo entender cómo no se apersona del tema. Ni siquiera habló en el Capitolio durante los debates. No hace su trabajo.

¿Y lo de las objeciones, entonces, fue la gota que rebosó la copa?

Es que lo de las objeciones presidenciales debe ser liderado por el Ministerio de Justicia, pues se trata de la Jurisdicción Especial para la Paz, un tema netamente judicial, y ella no se pronuncia. Aquí lo que se necesita es liderazgo en el Congreso y no solo críticas, porque ella desde el sector privado criticaba mucho, pero a la hora de ejecutar le quedó grande el Ministerio.

Usted habló de falta de diálogo, ¿de quién, del Gobierno, del Centro Democrático?

Del Gobierno. Desde el principio dije que se necesitaba gente con liderazgo que atrajera a las demás bancadas para lograr un consenso. Estábamos a seis artículos de pasar la página, de que todos nos uniéramos alrededor de algo que era la ley estatutaria. El presidente pidió un consenso y trabajar sobre lo que nos unía. Yo digo: aquí perdimos, pero hay cosas que nos pueden unir, trabajemos con la oposición sobre eso, porque el argumento de que se estaba desconociendo la institucionalidad es falaz, pues la misma Corte Constitucional dijo: sigan con el procedimiento. Más allá del argumento jurídico había uno político, que era poder unir a todos y pasar la página con las objeciones.

¿Y ese liderazgo tenía que haberlo asumido la ministra de Justicia?

Sí. Esto es un tema de convicciones y yo no sé si es que ella no las tiene frente a las objeciones presidenciales. El Gobierno hizo un gran intento con el alto comisionado de los Derechos Humanos, Francisco Barbosa, pero esto no es solamente técnico sino también político, y en lo político, el Ministerio de Justicia tiene que ejercer el liderazgo.

¿Se ratifica entonces en su petición de pedirle la renuncia a la ministra?

Le solicité que hablara con el presidente y que pusiera a su disposición la renuncia. Que en un acto de grandeza diga: no creo en eso, no tengo identidad programática y me hago a un lado. Que reflexione para que Colombia pueda tener realmente un diálogo interinstitucional, porque ella no lo tiene ni con los jueces, ni con las cortes, ni con los partidos, ni con el Congreso. ¿Así cómo piensa avanzar? Mire que Cambio Radical la invitó a que expusiera sus argumentos y ella nunca fue, como si lo hicieron los de la JEP.

De usted dicen que es cercano al presidente Duque, ¿ese pedido podría entenderse como de él?

No, la cercanía con el presidente me hace ser responsable y leal con él y con el país. Cuando le digo a la ministra que se haga a un lado es porque creo que no está avanzando la agenda y solamente tenemos tres años para hacer un gobierno de excelencia, que es lo que se prometió.

¿Y qué piensa su partido? Porque al representante Álvaro Hernán Prada no le gustó lo que usted dijo…

Mi posición es personal y esto es de convicciones. A mi me eligieron los colombianos para decir las cosas por su nombre. Y antes de que la oposición salga a decir algo, tengo que ser el primero en decirle a la ministra: apártese. Pero además, digamos que tuve los pantalones de decir lo que todo mundo piensa, pero nadie se atreve a decir.

O sea que es verdad que en el Centro Democrático están molestos, no solo con la ministra de Justicia sino con la mayoría del gabinete…

No sé con otros, pero con la ministra de Justicia sí hay mucho inconformismo, solo que por el respeto al Gobierno no lo han dicho.

¿Y por qué Prada salió a controvertirlo?

Respeto su posición.

¿Qué puede significar para el gobierno Duque si en el Senado, como se vaticina, también se hunden las objeciones?

Yo no miro el árbol sino el bosque. Lo que pasó en Cámara es la oportunidad para generar diálogo y consenso. Es claro que solos no podemos y necesitamos de las otras fuerzas políticas, pero creo que con los argumentos que el presidente Duque ha dado podemos llegar a un feliz término. Estas objeciones se politizaron, no hubo racionalidad sino pasionalidad y sigue dividiéndose esto entre amigos y enemigos de la paz. Ya es hora de que pasemos la página de esa polarización y entendamos que todos queremos la paz de Colombia.

Pero los que viven poniendo el espejo retrovisor y no pasan la página de Santos son ustedes los uribistas…

Es respetable lo que otros dicen, pero yo represento el centro del Centro Democrático, y creo que los valores de la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social, que ahora se transformaron en cultura de legalidad, equidad y emprendimiento, son los que nosotros tenemos que nutrir, lejos de los radicalismos. Los ciudadanos están cansados de los radicales de izquierda y de derecha, y aquí tenemos que pensar más en el futuro y cómo sacar el país adelante. Eso sí, hay que llamar las cosas por su nombre y la realidad es que Santos dividió a Colombia. Por eso digo que hay que mirar las cosas malas que hizo para no cometer los mismos errores.

¿Lo que está pasando con las objeciones no prende las alarmas frente a la gobernabilidad del presidente Duque y otros proyectos, como el mismo Plan de Desarrollo o la anunciada reforma pensional?

Como digo, el gran error fue no haber tenido ese diálogo insistente, permanente, con los diferentes sectores políticos. Por ejemplo, muchos me decían, si ustedes no lo llevan por objeciones sino de una forma diferente, a través de actos legislativos, nosotros estamos prestos a apoyarlos. Lo que pasó no lo veo como una pérdida sino como una ganancia. El presidente cumplió su palabra y no se tiene a los partidos políticos cooptados, como los tenía el anterior gobierno. El Congreso está deliberando autónomamente y esa es una victoria para el país.

¿Quiere decir entonces que la U, los liberales o Cambio Radical lo que quieren es mermelada?

Me imagino que querrán mermelada, pero en este caso en concreto lo que hace falta es diálogo institucional y estos partidos tienen que entender que, así como se quiere pasar la página en muchas cosas, aquí hay otro estilo de gobierno, que es trabajar desde sus posiciones, generando concertación y respetándolos. Creo que la ministra de Justicia irrespetó al Congreso al no defender las tesis del presidente Iván Duque y no tener un diálogo transparente con cada uno de los partidos.

¿Sabe qué reacción hubo en la casa de Nariño por la derrota en la Cámara?

No conozco, pero supongo que hubo un sin sabor, con jalón de orejas para que empecemos a trabajar en esos mandatos presidenciales. El presidente Duque ha sido claro y por eso digo que, si algún funcionario público, algún ministro, viceministro o consejero, no tiene identidad con sus tesis, debería hacerse a un lado.

¿No será que al gabinete le falta peso político y hay mucho técnico?

Yo creo en lo politécnico, que sean personas con capacidad de dialogar y de ser creativos. El Gobierno tiene que ser muy creativo en esta nueva forma de gobierno sin mermelada para poder conseguir consensos frente a lo que nos une. A los congresistas hay que escucharlos.

Por -Hugo García Segura / @hgarciasegura

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