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Abusos y amenazas hacia los manifestantes de las universidades de EE. UU.

Estudiantes, profesores, observadores legales, periodistas y políticos denuncian represión, abusos y amenazas durante las protestas propalestinas que llevan dos semanas en varias universidades estadounidenses. Al menos van 900 manifestantes arrestados y varios sancionados por las instituciones.

30 de abril de 2024 - 07:00 p. m.
La acampada estudiantil de la Universidad de Columbia se prolonga más allá de la fecha límite.
La acampada estudiantil de la Universidad de Columbia se prolonga más allá de la fecha límite.
Foto: EFE - SARAH YENESEL

Los manifestantes propalestinos que protagonizan las protestas en las universidades de Estados Unidos denuncian represión, abusos y amenazas por parte de las autoridades policiales y los administrativos de las instituciones. En dos semanas, van al menos 900 manifestantes arrestados, entre estudiantes, profesores, observadores legales, periodistas y políticos.

Samar Saeed —estudiante palestino-americana del doctorado en historia en la Universidad de Georgetown y que se unió al campamento en la Universidad de George Washington el primer día —dijo ante France 24 que “los estudiantes se cuestionan por qué están siendo arrestados, encarcelados y (por qué) hay tanta represión si solo están criticando el genocidio actual”.

Para Saeed, los estudiantes saben que tienen el poder, que pueden detener la actividad de las instituciones, que tienen la libertad de protestar y exigir que se protejan sus derechos como lo dice la Constitución. “Ellos le están mostrando a la sociedad que Estados Unidos ha invadido muchos países en nombre de la libertad de expresión y la democracia, pero ahora los estudiantes están siendo censurados y reprimidos por expresar su rechazo a Israel”, agregó.

En días pasados la Unión de Libertades Civiles de Nueva York y el grupo Palestine Legal presentó una demanda federal contra la Universidad de Columbia por la suspensión ilegal de los estudiantes miembro del grupo Justicia en Palestina (SJP) y Voz Judía por la Paz (JVP) por participar en las protestas pacíficas.

“Las universidades deben ser refugios para el debate, la discusión y el aprendizaje sólidos, no sitios de censura donde los administradores, donantes y políticos aplastan el discurso político que no aprueban”, dijo Donna Lieberman, directora ejecutiva de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, en un comunicado hecho por los denunciantes.

Cameron Jones, de Jewish Voice for Peace, expresó “Columbia debe proteger a todos los estudiantes y voces judías, no solo a aquellos que se adhieren a una creencia política específica”. “La decisión de la universidad de suspender a un grupo judío sienta un precedente preocupante para salvaguardar la libertad de expresión en los campus universitarios”, agregó el comunicado.

El grupo pide una investigación sobre la gestión de la universidad de la supuesta discriminación y acoso contra estudiantes propalestinos por parte de estudiantes de Columbia, profesores y administradores, con base en el Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964, reportó El Universal.

Los manifestantes afirman que han sido “objeto de acoso extremo antipalestino, antiárabe e islamófobo en el campus desde el 9 de octubre de 2023 (dos días después de la incursión de la organización islamista Hamas en Israel), incluyendo la recepción de múltiples amenazas de muerte, así como ser llamados terroristas y asesinos de judíos”, según Maryam Alwan, una de las cuatro estudiantes representadas en la demanda, de acuerdo con El Universal.

Los estudiantes alegan que han recibido un trato diferente por parte de administradores de alto rango, como la rectora de Columbia, Minouche Shafik quien declaró en una audiencia del Congreso sobre “el creciente antisemitismo en el campus”. Al día siguiente, suspendió a los manifestantes y revocó su acceso al campus.

En una carta dirigida al Departamento de Policía de Nueva York, Shafik explicó que la universidad había emitido “múltiples avisos y advertencias a los participantes del campamento, indicándoles que debían dispersarse o enfrentarían consecuencias disciplinarias inmediatas”.

La rectora argumentó que los manifestantes infringían las normativas y políticas de Columbia y planteaban preocupaciones de seguridad, describiendo el campamento como un “riesgo inminente” y solicitando apoyo policial para disolver la protesta, resumió la ONG Humans Rights Watch que también denuncia que las universidades estadounidenses deben garantizar el derecho a la protesta.

“Con la expansión de las protestas a universidades a lo largo del país, es crucial que las administraciones universitarias eviten catalogar erróneamente las críticas a las políticas del gobierno israelí o la defensa de los derechos palestinos como antisemitas, o que mal usen su autoridad para suprimir manifestaciones pacíficas. En su lugar, las universidades deben proteger los derechos de reunión y de libre expresión” se comunicó a través de la página web de la ONG.

Por otro lado, la ONG también se manifestó por los informes sobre incidentes antisemitas tanto en el campus de la Universidad de Columbia como en sus alrededores y expresó que las denuncias sobre actos y declaraciones antisemitas, así como casos de islamofobia y otras discriminaciones, deben ser investigadas y resueltas con justicia y transparencia, analizando cada caso de manera individual.

Represión policial

En el primer día de protesta en George Washington, según France 24, hubo policías armados en los techos de los edificios cercanos a la Universidad. Una situación similar se presentó en la Universidad de Indiana, donde hubo francotiradores durante los primeros días de protesta.

También se reportaron unidades de contraterrorismo de la Policía de Nueva York que han estado presentes en la Universidad de Columbia a pedido de la administración. En la Universidad de Texas, en Austin, hubo un despliegue de fuerzas policiales estatales para tratar de levantar los campamentos y arrestar a quienes se resistieran.

Según cálculos del Washington Post, a la fecha, las autoridades han arrestado al menos a 900 manifestantes. Incluyendo a la candidata presidencial por el partido verde, Jill Stein, por protestar contra lo que condena como un “genocidio” en la Washington University, de la ciudad de St. Louis, estado de Misuri.

De acuerdo con France 24, en videos que circulan en redes sociales se ha podido ver como profesoras han terminado arrestadas por apoyar a los estudiantes. Es el caso de Caroline Fohlin, docente de economía, y Noëlle McAfee, directora del Departamento de Filosofía de la Universidad de Emory en Atlanta.

A 53 estudiantes que participan en los campamentos les cancelaron la vivienda subsidiada en los campus y en algunos casos, como en Barnard Collegue, les dan apenas 15 minutos para sacar sus pertenencias de los apartamentos.

Algo similar les ha ocurrido a estudiantes de la Universidad de George Washington, que, cuando salieron de la cárcel, se encontraron con que no tenían donde dormir porque los habían evacuado de sus apartamentos. Muchos han quedado en situación de vulnerabilidad por no poder costear por su cuenta una vivienda.

De acuerdo con France 24, para estudiantes inmigrantes que dependen de la visa estudiantil para permanecer en Estados Unidos hay constantes amenazas por parte de políticos sobre revocarles su visa.

El senador Marco Rubio, republicano de Florida, dijo que presentará un proyecto de ley para exigir a la Administración Biden que revoque la visa de cualquier visitante extranjero que apoye “activamente” a Hamás. También anunció que promoverá otra ley para quitar fondos federales a universidades que no repriman protestas que apoyen “actividades terroristas”.

Estudiantes de la Universidad de Columbia se tomaron un edificio

En una escalada de la protesta, estudiantes de la Universidad de Columbia en Nueva York que piden desinversión de fuentes israelíes a la institución, transparencia financiera y amnistía, ocuparon un edificio del campus en la madrugada del 30 de abril.

En algunas imágenes aéreas de Freedom News TV se ve a varias decenas de personas reunidas en las escaleras del edificio. También a otras dentro del edificio y una bandera palestina colgada de una de las ventanas.

Los estudiantes se habrían negado a acatar el acuerdo con la universidad en el que debían comprometerse a cumplir las políticas de la institución para así completar el semestre. “Estas tácticas repulsivas de miedo (que) no significan nada comparadas con la muerte de más de 34.000 palestinos”, respondieron los grupos de protesta ante el comunicado.

“No nos moveremos hasta que Columbia satisfaga nuestras demandas o (...) nos muevan por la fuerza”, dijo la líder estudiantil Sueda Polat, en una rueda de prensa.

La mayoría de los estudiantes, por miedo a represalias, se cubren la cara y se niegan a compartir sus nombres con los periodistas.

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