“Algo como Agro Ingreso Seguro debería revivir”: Fedearroz sobre política para competitividad

Rafael Hernández, gerente del gremio, cree que es necesaria una política de créditos accesibles para pequeños, medianos y grandes productores. Habla de la falta de un esfuerzo de Estado que permita a Colombia ser productiva, con bajos costos y competitiva frente a otros países.

María Alejandra Medina C. / @alejandra_mdn
30 de octubre de 2018 - 03:00 a. m.
Rafael Hernández, gerente de Fedearroz. / Archivo El Espectador
Rafael Hernández, gerente de Fedearroz. / Archivo El Espectador

Rafael Hernández es gerente de la Federación Nacional de Arroceros. En esta entrevista responde a las afirmaciones de representantes de la industria según las cuales la producción nacional no es suficiente ni competitiva. Las más recientes fueron dadas por Hernando Rodríguez, gerente de Roa, a este diario.

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Hernández resalta el programa Adopción Masiva de Tecnología (Amtec), promovido por la Federación y que en alguna medida ha llegado a cerca de la mitad del área sembrada en arroz en el país. Asimismo cuenta por qué el gremio productor se ha aventurado a invertir en plantas propias para secar, almacenar y trillar el producto, estrategia que, según él, no ha caído bien en la industria.

En total, Fedearroz ha invertido cerca de $180.000 millones en proyectos de innovación, tecnología y asistencia técnica, entre otros, en los últimos seis años. Hernández afirma que el gremio hace lo posible para ganar competitividad, pero es necesaria una política de Estado que apoye a los agricultores. Sostiene que debería implementarse algo “similar” a Agro Ingreso Seguro.

¿El país es autosuficiente en arroz?

Tiene la capacidad de serlo. El año pasado y antepasado lo fuimos, con el plan Colombia Siembra, al que desafortunadamente le faltó Colombia Compra, y se generó incluso un excedente, que contribuyó a que se envilecieran los precios a los agricultores. Hemos planteado que se disminuyan las áreas porque un excedente a nivel país deprime el precio. Colombia es capaz de ser autosuficiente si hay una política clara sobre el sector y el tema de la comercialización, porque siempre que somos autosuficientes el precio se pone a niveles de ruina para los productores. Si el Gobierno opta por una política de ser autosuficientes, estamos en la capacidad, o, de lo contrario, si se resuelve producir un poco menos de lo que el país requiere y que se importe una cantidad, que haya claridad para no perjudicar la producción nacional: que si se trae, se traiga en el momento y las cantidades requeridos.

¿Colombia es competitiva en arroz?

Se dice que no somos competitivos porque hace falta genética y que hay que aumentar la productividad, pero no hay que confundir estos términos: uno puede ser competitivo con seis toneladas por hectárea, dependiendo de los niveles de adecuación del suelo, de las prácticas agronómicas. Los que están en Amtec, que promueve la Federación, están produciendo arroz por debajo de US$300 la tonelada, pero si no hay interés de la industria de participar en esto, de preparar a sus técnicos y divulgar estas tecnologías, digo que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

¿Cómo está el rendimiento comparado con otros países?

A nivel nacional, el promedio entre las zonas de riego y secano, el rendimiento está en 5,7 toneladas, pero si los separa, en riego se producen ocho o más por hectárea, que es el promedio de los países con los que nos quieren comparar. El secano produce 5,3 toneladas por hectárea. No quiere decir que por ser secano no sea competitivo: el problema es el riesgo que se corre con el clima, porque en arroz riego se minimiza ese riesgo. Pero si el productor de secano aplica el Amtec, minimiza el riesgo. La tecnología está disponible, pero hemos visto problemas de adopción, porque la mayoría de tierra en Colombia es sembrada por arrendatarios, entonces la gente no le invierte al predio si no tiene un contrato a largo plazo. Generalmente los contratos no sobrepasan el año, entonces no hay la inversión necesaria. Insisto en que hay que tener una política clara del manejo del sector. El Gobierno debe ponerse de acuerdo con nosotros en el seno del Consejo Nacional del Arroz y decirnos el área que se requiere y buscar un mecanismo para que eso se dé.

¿Qué limitaciones ponen los TLC para formular esa política ?

Los TLC han afectado negativamente al sector agrícola y pecuario. Colombia se metió desde los 90 en la apertura sin que estuviera preparada. Siempre que se va a entrar a un proceso de estos o un TLC, por lo menos se debe tener una política clara para la competitividad. Aquí nunca la ha habido. Una de las pocas políticas efectivas que ha habido, y desafortunadamente fracasó, fue Agro Ingreso Seguro (AIS). Está por ley, pero no se está aplicando porque en el gobierno antepasado hubo todos los problemas y hay gente en la cárcel por AIS. Sabrá Dios si es justo o injusto lo que se está haciendo, pero no ha habido una política (de competitividad). Nos metieron en un TLC que logramos que se llevara a 19 años la desgravación y que nos dieran seis años de gracia, que se vencieron el año pasado, para empezar la desgravación con Estados Unidos. Pero ¿qué pasa con Ecuador o Perú, donde hay un TLC que está vigente desde hace 49 años, que está obsoleto, que creo que el único que lo cumple es Colombia? Nos enfrentan a una competencia con países que tienen subsidios, como Ecuador y Perú, que ha desarrollado su sector agrícola con distritos de riego y políticas claras a mediano y largo plazo, que aquí no existen. No se hace un distrito de riego desde hace más de 50 o 60 años. Aquí mejoramos la competitividad con esfuerzo del gremio, pero se necesitan reglas claras, no de Gobierno, sino de Estado, para pensar en buscar competitividad, no solo en arroz.

¿A qué se refiere con lo de Agro Ingreso Seguro? ¿Cree que en el papel estaba bien planteado, pero se malversó? ¿Cree que hay cosas que se podrían recuperar?

No creo que de AIS se haya perdido ninguna plata. Los programas que se hicieron se llevaron a cabo. Escuchaba en las noticias de las quejas que hace el exministro Andrés Felipe Arias de que lo condenaron por haber firmado un convenio con un organismo internacional que lo han firmado todos los ministros de Agricultura que ha habido. De haber seguido con el programa, las condiciones del agro serían mejores actualmente.

¿No hay que reconocer que los recursos estuvieron mal direccionados? ¿O que si se retoma debe ser de otra manera?

Como se planteó estaba bien, pero tuvo enemigos, tanto (como) el Gobierno que lo estaba realizando, que llevaron a que desapareciera. No puedo decir que alguien del Gobierno se haya quedado con alguna plata de AIS.

Es que el problema fueron los destinatarios, que no era la gente que más necesitaba los recursos.

Unos recursos como esos son para los pequeños, pero también tiene que tener cabida el empresario, y la mayoría de los problemas que se presentan con este tipo de programas son las restricciones que tienen: si se decía que no podía ser mayor a un número de hectáreas, y ¿se quería hacer una empresa más grande? Esas medidas llevan a que se digan mentiras para clasificar en el programa. Creo que ese fue uno de los temas que ocurrieron. No sé si esas inversiones se dieron o no, porque no veo que se haya enjuiciado a nadie por haber cogido la plata y no haber realizado el proyecto. Entiendo que el problema fue por haber subdividido las fincas para acceder a estos créditos. Pero pienso que debería revivirse porque es una buena política.

¿Cuál sería entonces su expectativa en cuanto a la política? ¿Qué es lo que se debería recuperar?

Aspiraría a que Colombia tuviera nuevamente un programa similar o parecido a lo que se pretendió hacer.

¿Que era qué?

Créditos a una tasa de interés aceptable, pagable por los productores pero que no tenga tantas limitaciones para el otorgamiento, y tienen que tener cabida el pequeño, mediano y grande. Siempre se cree que un agricultor grande no debe tener acceso a crédito, cuando de pronto es el que tiene la mayor capacidad de convertir esos créditos en realidades. Eso no quiere decir que se excluya al pequeño o al mediano, pero que sea acorde a la capacidad de inversión de cada cual.

¿Por qué están invirtiendo en plantas propias?

Fedearroz se metió a construir plantas de almacenamiento, secamiento y trilla porque era una aspiración de más de 30 años de los productores, quienes querían participar en el último eslabón de la cadena (comercializar arroz en blanco). En virtud de los ingresos que ha tenido la Federación por las subastas de arroz provenientes del TLC con EE. UU., se invirtió en varias plantas, una en Pore, otra que se está terminando en Puerto López, otra en Valledupar y otra en construcción en El Espinal. Los agricultores han obtenido entre 20 y 25 % de ingreso adicional a lo que recibían por vender arroz en verde. Siempre se han quejado del trato que les dan las grandes empresas en el momento de la compra: los castigos de la tabla de doble descuento y que la concentración del mercado en pocas manos llevan a que sea imperfecto. El agricultor dice que gran parte de su utilidad y competitividad se queda en el último eslabón. No se pretende sacar a nadie del mercado, porque lo que Fedearroz puede procesar no llegará al 2 o 3 % del mercado nacional.

Si quedan excedentes, ¿por qué no exportar?

Para allá vamos. Si logramos producir por debajo de US$300, podemos competir con el arroz que llega de Estados Unidos, por encima US$340 la tonelada, y queremos bajar los costos por lo menos a US$250 por tonelada para poder exportar. Hemos mandado muestras a países como Panamá, y hecho gestión con Chile y México para que conozcan nuestro producto. La idea es que Colombia pueda ser exportador de arroz, pero si no hay voluntad de la industria de ayudarle al productor a mejorar su competitividad… Y debería ser la principal interesada. Se ha desatado una campaña de desprestigio a lo que hace la Federación en respuesta, creo yo, a que la Federación haya puesto a participar a los agricultores en el último eslabón de la cadena, que me parece absolutamente legítimo y una aspiración justa para el productor, que no significa que la industria tenga que desaparecer. Productor e industria se necesitan mutuamente.

Por María Alejandra Medina C. / @alejandra_mdn

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