Recirquel: danza más circo

En el Teatro Julio Mario Santo Domingo se presentó un interesante espectáculo por la compañía húngara llamada Recirquel, que con dirección y coreografía de Bence Vagel pretende unir las técnicas de la danza contemporánea con las acrobacias del circo. En el espectáculo, llamado “Solus amor” que dura casi hora y media, los intérpretes hacen complicados pasos de danza que alternan con espeluznantes hazañas acrobáticas que tienen momentos que erizan los cabellos, así de arriesgados son. Ellos se lanzan por los aires dando volteretas, son izados por gruesas cintas y en las alturas siguen haciendo maromas como si tal cosa y aunque los conjuntos son más bien pocos, es decir la mayor parte de las diversas secciones del espectáculo están a cargo de solistas o de parejas que hacen lo suyo con una facilidad asombrosa todo se desarrolla con agrado.

Aparece en varias ocasiones una gigante marioneta de un oso polar, manejada con destreza por los artistas y algunos juegos de luces complementan un espectáculo atractivo y que logró llenar la sala del Teatro Mayor en tres ocasiones. Evidentemente, el público recordaba su participación en uno de los últimos eventos del difunto festival de teatro, en donde en otra obra tuvieron éxito parecido, aunque hay que decir que las acrobacias que se vieron en esta oportunidad no habían tenido antecedentes. Igualmente, los momentos de danza fueron interesantes ya que, según las notas del director, se trataba de expresar “la energía primigenia que ocupa el tiempo y el espacio, que nos conecta a todos y que toma su poder de ese anhelo actual por las maravillas de la naturaleza”. Esto se transcribe porque ayuda a entender lo que el espectáculo pretende, aunque el público estaba tan asombrado por las peligrosas acrobacias, que es posible que este mensaje no se entendiera con claridad.

El acompañamiento musical, una mezcla de sonidos electrónicos e instrumentales fue compuesto por Edina Szirtes y la increíble y gigante marioneta fue diseñada por Janni Younge, una conocida marionetista sur africana. Hay que decir que la reproducción de la música fue hecha a un volumen decente y no a ese ensordecedor que se ha usado en otros espectáculos.

En resumen, se trata de una representación muy original, que abre caminos novedosos en el intento de hacer esa mezcla aparentemente contradictoria entre la danza y la acrobacia circense. El resultado es convincente y muy atractivo, con momentos, como se dijo, muy emocionantes. Se echó de menos un programa de mano con más información y es de esperar que eventualmente nos vuelvan a dar ese indispensable complemento para cualquier espectáculo.