Trescientos setenta años de existencia no son gratuitos. No son muchas las instituciones que logran mantenerse durante tanto tiempo en un país como el nuestro. El solo hacerlo es ya un éxito; el hacerlo con fama y gloria es realmente excepcional. ¿Pero cómo lo ha logrado la Universidad del Rosario sin el músculo eclesiástico o estatal detrás? ¿Cómo ha podido sostenerse a pesar de que muchas de las páginas de ese grueso volumen de historia están colmadas de desencantos, escándalos, crisis, encrucijadas y revoluciones que en su momento signaron el destino de la institución y muchas veces incluso del país?
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Atalaya
Nova et Vetera
09 de mayo de 2024 - 09:05 a. m.