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Lo sustancial de la responsabilidad política


Cristina Carrizosa Calle
09 de mayo de 2024 - 09:05 a. m.

Luego de que se conociera el escándalo de corrupción más difícil que haya enfrentado el Gobierno del presidente Petro, este se desmarcó de cualquier responsabilidad personal e institucional y ha reiterado en la plaza pública ser víctima de una supuesta conspiración, mientras ordenó a sus ministros gobernar desde los barrios populares de las grandes ciudades.

Así, Petro fortalece el discurso de balcón de cara a las elecciones del 2026, y allí, donde la gente ni se entera de lo que le roban, llega el Gobierno como máquina botafuego en contra del “opresor” y apalanca la conciencia ciudadana. Sabíamos que así gobierna el populismo, pero no era tan clara la cobardía de un mandatario alternativo que se comporta igual que los representantes del establecimiento político que abomina.

En Colombia, la responsabilidad política de los presidentes ha sido sólo un concepto. Un juicio político a Gustavo Petro requiere la prueba de que fue él quien ordenó corromper al congreso, lo que no sucederá, porque nadie serio pensaría en ese nivel de implicación del primer mandatario. Sin embargo, ¿quién ha dicho que la responsabilidad política deba limitarse a un proceso judicial? ¿No debería un gobierno alternativo serlo también en la concepción de la responsabilidad más hacia lo sustancial? ¿Acaso esta no es aun más exigible a quien se propone como el gestor de la transformación social y como un manantial de integridad?

Los sistemas parlamentarios prevén nociones como la de responsabilidad política indirecta, cuando el gobernante es negligente frente a la vigilancia del comportamiento de sus subalternos. Esto hizo apartar de su cargo hace unos meses al segundo hombre más importante del Partido Socialista Español por un caso de sobrecostos en las compras durante la pandemia. Pero rigiéndose por lo establecido en nuestro sistema, Petro puede estar tranquilo.

Sin embargo, corre el riesgo de dejar reducido el “cambio” a un eslogan. Lo que habríamos esperado con el exordio de una izquierda progresista madura, resultó ser una carrera afanosa en el intento de ponerse al día, conduciéndonos al retroceso, porque nada va bien: el desempleo disparado; la economía pasando aceite; la inseguridad; la paz totalmente frustrada, y ahora la corrupción, son, al día de hoy, el balance de su mandato.

El presidente ha hablado de un acuerdo nacional, pero descalificando a todos los actores políticos que no sean el pueblo. ¿Qué acordaría y con quiénes, entonces? El presidente podría aprovechar la coyuntura para mostrarse un gobernante realmente alternativo que comprende su responsabilidad política desde lo sustancial, incluso desde lo moral, por lo que ha significado para la gente la traición a la confianza.

El alma del Gobierno está en sus reformas, que hoy, además de medio muertas, están corroídas. Un cambio lo veríamos si el presidente mostrara responsabilidad política al replantearlas y llamar a un acuerdo nacional a la oposición para concertarlas. Así, recuperaría confianza, gobernabilidad y daría una bofetada moral a sus detractores.

Al momento de enviar esta columna, el presidente anunció que se dirigirá esta noche a los colombianos. Está aún a tiempo de dejarnos algo más que nada.

Cristina Carrizosa Calle

Por Cristina Carrizosa Calle

Abogada egresada de la Universidad de los Andes, con experiencia de más 25 años como consultora y asesora tanto en el sector público como en el privado. Fue asesora de la Presidencia de la República, diplomática y directora de organizaciones que emprenden proyectos de alto impacto social. Columnista y panelista radial

 

Jose(76633)10 de mayo de 2024 - 02:39 p. m.
De acuerdo
UJUD(9371)10 de mayo de 2024 - 01:20 a. m.
Carrizoza, calle...
Daga(46837)09 de mayo de 2024 - 10:28 p. m.
¿CUANDO ESCRIBIRÁ ALGO SERIO? Proponga, plantee, sugiera, haga algo diferente, ya se graduó en el no dejar algo más que nada
Mario(196)09 de mayo de 2024 - 08:53 p. m.
Todo lo que no va bien, es todo lo que va igual. Tanto hemos cambiado que ya olvidamos como éramos hace 18 meses
Sergio(cen2l)09 de mayo de 2024 - 08:34 p. m.
Ojalá hubiera responsabilidad política, pero la obtusa respuesta a las marchas de abril y la queja testaruda del golpe blando no me dan mucha esperanza. Pero recoger sus reformas y ofrecer participación de amplios sectores para debatirla sería un buen comienzo.
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